El triángulo de exposición

14 diciembre, 2018

El triángulo de exposición es el secreto mejor guardado de la fotografía. Una vez que has entendido en qué consiste y cómo afecta al aspecto de tus imágenes se abre ante ti un mundo de posibilidades infinitas para mejorar tus fotografías. En esta entrada simplificamos ese concepto al máximo para que puedas desarrollarlo sin complicaciones.

Vamos por partes. ¿Recuerdas este esquema del interior de tu cámara que aparecía por primera vez hace algunas entradas?

Lo importante aquí es que, por muy compleja que aparente ser tu máquina, su funcionamiento esencial puede explicarse reduciéndola a sólo 3 elementos de los que ya has oído hablar: diafragma, obturador y sensor.

Muy brevemente:

El diafragma, en azul, es un orificio prácticamente circular (de tamaño variable).

El obturador, en gris, se parece a una persiana formada por una serie de láminas. Este componente (que por defecto está cerrado) puede abrirse y permanecer abierto (durante un tiempo más o menos largo) para volver a cerrarse otra vez.

El sensor, en blanco, es la superficie sobre la que impacta la luz después de pasar a través de los dos anteriores, su función es registrar la imagen fija y su sensibilidad puede ajustarse a voluntad.

Por lo tanto, olvidemos todo lo demás y a partir de este momento pensemos sólo en esas tres partes y en sus características más importantes (que aparecen entre paréntesis):

El triángulo de exposición es la combinación de esos valores entre paréntesis para crear una imagen:

El tamaño del orificio del diafragma: apertura.

El tiempo durante el que el obturador permanece abierto: tiempo de obturación.

La sensibilidad del sensor.

Al pulsar el botón el diafragma se cierra hasta un determinado tamaño y el obturador se abre y mantiene abierto durante un tiempo establecido de antemano (ambos decididos por la cámara, por ti o entre ambos), permitiendo el paso de luz. Esos dos factores condicionan el tamaño del paquete de luz que impacta sobre el sensor (cuanto mayor apertura y mayor tiempo mayor cantidad de luz, y viceversa).

Por su parte, la sensibilidad del sensor establece cuánta luz hace falta para registrar la fotografía y condiciona su aspecto: si el paquete de luz que llega al sensor es demasiado grande para su sensibilidad la imagen resultante está sobreexpuesta (el sensor recibe más luz de la que necesita), si el paquete de luz es demasiado pequeño con respecto a la sensibilidad la imagen aparece subexpuesta. En esta entrada puedes refrescar qué son las imágenes sobreexpuestas y subexpuestas.

Bien. Ya conoces el triángulo de exposición, que no es otra cosa que la combinación de tres factores que tienen que equilibrarse para que la exposición de tus imágenes sea correcta. A partir de ahora toca conocer cada uno de sus vértices por separado…

Fuente: https://www.rubixephoto.com